viajero del alma

A pocas horas de terminar este año 2006, se respira una atmósfera cargada de celebración vana y falsa, muchos deseos de bienestar con aromas a embriagues de dudosa procedencia. Pero no todo es tan malo, pues ya son tantos los que prefieren mantener una actitud sanamente reposada, no exenta de bella alegría frente al significado de un buen anhelo de prosperidad.

Un abrazo fraterno, acompañado del dulce sentir que somos parte del gran todo. Aprendiendo este sencillo pero profundo postulado, tal vez estemos mas cercanos a encontrar el verdadero bienestar, que poco tiene que ver con las aspiraciones exageradas que hemos aprendido en esta nuestra malograda sociedad.