viajero del alma

Viajo…
entonces me transporto
en las formas, los colores, el sentir,
derrumbando a instantes la existencia hostil…

Curvas en el camino, lomas a la distancia,
muy complacido y atento. viajo…
Sumergido en miradas y sonrisas
de lugareños gentiles y sin prisa…

A un costado, trigales dorados,
y en la distancia montes nevados,
por doquier los verdes y cristalinas aguas,
atrás quedó la ciudad marchita y abrumada…

¿Quién pudiera transportar a raudales,
esta sanadora gracia de lo natural,
a nuestra urbe triste y mutilada,
para poder al fin, verla mejorada…