viajero del alma

Es… afortunado instante,
ese en que tocados los sentidos,
por magnífico aroma
de tierra recién mojada…

Suelo y agua me recuerdan la morada
eres donde debo estar, entonces,
debo sentirme acogido en este,
extraño lugar…

Aquí, se ha pregonado el Amor y el odio,
nos hemos convertido en conciencia de masas,
mas, aun tenemos oportunidad
de afinar nuestro olfato y…

Desde todo lo bueno que aun nos queda,
observar el soplo vital, como la fuente,
de cantores, torrentes de humanidad,
disfrutémonos de regalar…

Navegar entre versos de la hermandad poética,
envuelto en el misterio del concepto,
embriagado por la imaginación desbocada,
levitando en etéreos espacios…

Allí, donde cabe el espejismo, lo abstracto, la ilusión no develada,
donde el alma es un espacio musitado,
una inquietud regocijante, cadenciosa, liviana,
y podemos, con alas o sin ellas… Volar…

Búscame aquí, que ahora y después me encontrarás,
inserto en estos lúdicos ruedos oníricos,
peregrino infatigable, al encuentro
de áureos parajes de encantamientos…

¿Puedes asir mi mano llevándome en dulce estar?
innecesario es mirar si joven soy, si viejo estoy,
observa solo, esta desnuda existencia,
vibrante, en fortaleza sea, o en debilidad…

¿Tienes algo de tibieza para esta incierta mirada?
nublada por paradigmas de triunfo y poder,
buscando cobijo en esa forma halada de tu andar,
en tu empatía de gracia compasiva…

Rebalsa este sediento cántaro, con esa favorecida agua,
que llevas en tus crecidos y briosos caudales.
Mas, ¿Cómo es posible que así me atreva a pedir?,
si es mi deber esperar para recibir, lo que el devenir me de…

Y, ¿como no flaquear en este sagrado deber?,
¿si fui nacido entre destellos ególatras?,
entonces, una y otra vez inúndeme la gratitud,
de esperar con humildad, lo que me ha de ser…

Al fin acepto que te pertenezco,

a tus matizados colores, a tus olores,

a tus movimientos y tus ruidos,

entonces me reconforto...

Puedo fijar la mirada en ti,

hasta ver lo que no existe,

regocijante o pavoroso o sagrado

y aunque no está, viene de ti...

Hipnótica es tu colosal presencia,

trascendente tu infinito murmullo,

anfitrión de intensos recogimientos,

inspirador de profundos reflejos...

De impresionante grandeza en tus formas,

dueño de gigante magnitud de contenidos,

magnifico proveedor de lo sustancial y lo etéreo,

no habla mucho tu nombre, de tu majestuosidad...